El país tiene uno de los peores índices de competitividad y productividad del mundo, debido, en parte, a la cantidad de trámites engorrosos e ineficientes que se necesitan completar para crear y mantener un negocio

Por Jorge Chacón Solar

Venezuela es uno de los países con peores índices de competitividad y productividad del mundo. Producimos poco y lo poco que producimos lo producimos mal. Además, el entorno para hacer negocios es muy hostil, es uno de los peores del planeta.

Uno de los aspectos que explican esta vergonzosa y deplorable situación es la cantidad de trámites que se necesitan completar para crear y mantener un negocio en el país: cualquier procedimiento mercantil involucra la realización de decenas de trámites administrativos engorrosos e ineficientes que toman meses y cuestan muchísimo dinero.

La solución a este problema comienza con una reforma total a los códigos y leyes mercantiles, tributarias, laborales y a toda la normativa que rige la actividad empresarial y comercial, en específico aquella emanada por el SENIAT, SAREN, BANAVIH, IVSS y Seguro Social, por mencionar solo algunas. 

Todas estas modificaciones deben enfocarse en volver más eficiente la actividad empresarial en el país simplificando trámites, reduciendo costos y dando claridad en las reglas de juego.

Sin embargo, estamos seguros que lamentablemente no veremos algún tipo de mejora en estos trámites en el corto plazo. Entonces, ¿mientras tanto qué hacemos?

En este punto aparece la automatización y, en específico, la robotización de procesos automatizados. Se trata de robots (software) que reemplazan a los trabajadores de las oficinas gubernamentales y logran multiplicar por 100 veces los resultados de los procesos administrativos. 

Por ejemplo, un solo robot puede realizar el trabajo de 10 trabajadores en la oficina de impuestos municipales de una alcaldía. Esto significa que un solo robot puede digitalizar y organizar la información tributaria de 5.000 empresas y personas en menos de un año. Después de ese año, cualquier pago de impuestos le tomaría menos de 10 minutos al contribuyente. La gente pagaría sus impuestos mientras toman un café en sus casas.

Este mismo sistema se puede aplicar también en los trámites del SAREN. Por ejemplo, todos los procesos de creación de empresa podrían demorarse minutos si los robots realizan internamente todos los procesos administrativos que en este momento están realizando trabajadores humanos.

Pagar impuestos y procesar facturas será, sin lugar a dudas, uno de los primeros trabajos que serán totalmente reemplazados por los robots. Estos podrían hacer, sin descanso y sin cometer errores, el proceso de creación de una factura, enviarla al cliente, confirmar la recepción de la factura, hacer el seguimiento hasta su pago y registrarla como pagada. También pueden recibir una factura, desglosarla, analizarla, cotejarla para verificar que toda la información sea correcta y después realizar el pago. Toda la información contenida en una factura, desde los nombres y la dirección de los contribuyentes, pasando por el número de factura y RIF, fechas, conceptos, valor, montos, cantidades, productos exentos, entre otros datos, serán procesados en cuestión de segundos.

Todavía no alcanzamos a imaginar el impacto que esto tendrá en Venezuela.

La automatización no es una solución perfecta, tampoco es la solución ideal, pero es la solución que tenemos, e incluso así, realmente es un gran solución ya que podría ahorrarnos millones de horas de trabajo/hombre que desperdiciamos en este momento y podría adelantarnos al menos 15 años respecto a los vecinos regionales en productividad y competitividad.  

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