El cinco de febrero de 1855, unos 168 judíos huyeron hacia Curazao, tras ser amenazados de muerte por delincuentes que decían actuar en nombre del pueblo coriano.
La noche del 24 de octubre de 1888, la gente concurría engalanada a la Plaza Bolívar de Maracaibo. Estaban por presenciar la llegada del alumbrado eléctrico.