El lavado es causa y consecuencia de otros delitos como el narcotráfico, la trata de personas, el secuestro, la extorsión o la corrupción

Por Jorge Chacón Solar

Muchas personas piensan que el dinero utilizado en los esquemas del lavado de activos dinamiza la economía mediante la creación de empleos y aumento de ventas e inversiones. Sin embargo, esto es un gran error. La respuesta en términos generales a la pregunta es: ¡no! El lavado de activos no trae ningún beneficio a la economía de un país o de una región. En este artículo, mencionaremos algunas razones.

En primer lugar, el lavado de activos es un delito que nunca está solo. El lavado es causa y consecuencia de otros delitos como: narcotráfico, trata y tráfico de personas, secuestros, extorsiones o corrupción, por mencionar solo algunos pocos. La existencia de un alto índice de lavado indica que los índices de criminalidad de la zona también son muy altos y no puede haber crecimiento económico sostenido con alta delincuencia. Por ejemplo, no pueden haber empresarios prósperos si son extorsionados o secuestrados.

En segundo lugar, el lavado de activos sí genera un aumento de la liquidez (esto es, de la cantidad de dinero que tiene la gente en el bolsillo) pero es temporal y no hay evidencia teórica contundente que demuestre que el aumento de la liquidez permite construir bases sólidas para un aumento de la calidad de vida y de la actividad económica en el largo plazo.

De hecho, paradójicamente es al revés: entre más plata haya en la calle (que, en este caso, es de origen ilegal) peor será el escenario para los ciudadanos porque los precios en la zona podrían aumentar ya que los vendedores están buscando a los clientes que tengan dinero ilegal. Subirían los precios de los apartamentos, casas, carros y también de los restaurantes, bares y hoteles. Esto perjudicaría a la inmensa mayoría de personas que no tienen dinero suficiente para comprar a estos nuevos precios.

En tercer lugar, las inversiones que se realizan con el objetivo de lavar dinero suelen ser muy mal hechas y enfocarse en sectores de alta rentabilidad temporal, poca innovación tecnológica y con perspectivas de ganancias de muy corto plazo. Por ejemplo, es muy difícil que en Latinoamérica una persona quiera lavar dinero creando una empresa de alto desarrollo tecnológico que empiece a generar rentabilidades después de 10 años y decenas de millones de dólares en inversión. En cambio, estas inversiones se suelen enfocar en sectores que generan muy poco valor agregado a la economía: industria sexual, juego y apuestas o contrataciones corruptas con el Estado.

Por último, tampoco hay evidencia que indique que los salarios aumenten en los lugares en los cuales se lava el dinero. Usualmente, los salarios siguen siendo los mismos que antes y no se perciben aumentos sustanciales ni en las condiciones de empleo ni en la calidad de vida de los empleados.

Nunca podemos olvidar que el lavado de activos es un delito y quienes lo realizan son delincuentes. Tampoco podemos olvidar que el lavado de activos existe porque hay organizaciones criminales detrás que lo alimentan y estas organizaciones son un lastre para el crecimiento económico y la prosperidad de un país de sus habitantes. 

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