Para Luigi Pisella, presidente de Conindustria, de llevarse a cabo las correcciones necesarias, el sector industrial podría experimentar un crecimiento sostenido este año.

Por Diego Mendoza

Durante el 2022 el sector industrial venezolano no se detuvo, y pese a la desaceleración registrada del crecimiento económico, luego del primer trimestre del año, logró aumentar la utilización de su capacidad instalada.

Según la Encuesta de Coyuntura Industrial, realizada por la Confederación Venezolana de Industriales (Conindustria), donde se evaluó el tercer trimestre del año pasado, los datos muestran un mejoramiento paulatino en varios indicadores, como producción, empleo y remuneraciones.

Para obtener un análisis de primera mano acerca de la situación en la que se encuentra el sector industrial del país y cuáles son los principales desafíos a tener en cuenta durante este 2023, Diario La Nación conversó con Luigi Pisella, presidente de Conindustria.

Haciendo un examen general de lo que fue el 2022, Pisella mencionó que “un 67 % de los encuestados sostuvo haber elevado sus ventas y producción en el tercer trimestre del año”, un dato alentador que va acompañado por un aumento en el uso de la capacidad instalada, la cual sugiere, “pasó de un 31,7 % a 38,5 %, si se compara con el trimestre previo”.

La capacidad instalada hace referencia al potencial de producción que tiene una determinada empresa, o alguno de sus departamentos, en un periodo determinado de tiempo. De esta manera, el sector, en promedio, cerró 2022 utilizando un 32,26 % de su capacidad máxima de producción. Para Pisella: “Esto repercutió a nivel de empleo, puesto que cerca de un 80 % pudo mantener su nómina de empleados, y un 20 % la pudo aumentar”. En cuanto a las remuneraciones se trata, “en el promedio general, que toma en cuenta las empresas de todos los tamaños, los salarios pasaron de 150 a 171 dólares mensuales”.

Respecto a los principales desafíos que han tenido que enfrentar los empresarios, y que siguen latentes en 2023, el presidente de Conindustria comentó: “Debemos ser más competitivos frente a los productos importados. Para ello se requiere que seamos más eficientes, aprovechando de la mejor manera nuestra capacidad instalada. Así mismo, el rezago que existe en la tasa cambiaria nos hace menos competitivos. Me refiero a que la inflación siempre ha ido por delante al ajuste del tipo de cambio oficial. Esto trae como consecuencia el abaratamiento de los productos importados sobre los nacionales”.

Sumado a ello, subrayó la necesidad de disminuir “los excesivos tributos fiscales y parafiscales”, haciendo énfasis en una revisión al Impuesto a las grandes transacciones financieras (IGTF), “el cual tiene mucha incidencia en el encarecimiento de los productos nacionales”.

Hay que recordar que el Gobierno informó que la recaudación fiscal de 2022 fue el doble que la del año anterior, hecho que le genera mayor posibilidad de aumentar el gasto público, pero que puede ir en detrimento del sector industrial. En este sentido, los industriales ven con beneplácito la potencial aprobación en la Asamblea Nacional de la Ley de Armonización Tributaria, según señaló el experto.

A su vez, acotó que han exhortado a las autoridades a ampliar el porcentaje de préstamos bancarios, y que los mismos puedan ser ofrecidos en dólares, sin pasar por alto mencionar la importancia de eliminar la norma de que vayan indexados, es decir, que su tipo de interés esté vinculado a una tasa de conversión dictada por el Banco Central de Venezuela (BCV).

Como último punto de la entrevista, se abordó la situación del comercio con Colombia, en vista de que Conindustria hizo presencia en el primer Encuentro Binacional, Gubernamental, Gremial y Empresarial, realizado en la capital neogranadina, en el mes de diciembre.

Para Pisella, “es el primer paso que estamos dando con Colombia para la formalización de la actividad comercial”.

Del encuentro, organizado por el Banco de Desarrollo de América Latina y el Ministerio de Industria, Comercio y Turismo de Colombia, se desprende la designación de equipos para la discusión del Acuerdo de Alcance Parcial Nº 28 firmado en 2011.

Este acuerdo comercial que tiene por objetivo el tratamiento preferencial que ambos países se otorgan, “estaba totalmente inclinado hacia Colombia, por lo que buscamos un balance que nos beneficie a ambos”, sostuvo Pisella, acotando además que “hay intenciones de hacer alianzas estratégicas entre los sectores industriales de ambos países, por lo que se discutió la importancia de generar un marco jurídico que proteja las inversiones, independientemente de la situación política”.

“Creemos que con el tiempo esta reactivación del comercio va a ayudar a la zona de frontera generando un dinamismo que se traducirá en nuevas oportunidades de inversión, nuevos empleos, mejores remuneraciones y una mejor recaudación fiscal”, concluyó Luigi Pisella.

Publicado por primera vez el 23 de enero de 2022 en Diario La Nación, Venezuela.

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