MIR: EL PUENTE FINANCIERO QUE RUSIA CONSTRUYE HACIA VENEZUELA

El error más grande que estamos cometiendo es creer que esta conexión financiera tiene como objetivo destruir y desplazar al dólar estadounidense. De hecho es exactamente lo contrario

Por Jorge Chacón Solar

En febrero del 2022 miles de soldados rusos cruzaron la frontera ucraniana iniciando una guerra que hoy, casi año y medio después, se ha cobrado decenas de miles de vidas en ambos lados y ha destruido centenares de ciudades y pueblos ucranianos. La respuesta de Europa no se hizo esperar y castigaron a Rusia con una batería de sanciones dirigida a colapsar su economía y su industria militar. 

Una de las sanciones más fuertes que sufrió el país eslavo fue la prohibición de utilizar los sistemas SWIFT e IBAN, que sirven para conectar entre sí los bancos de todo el mundo. Como consecuencia, el sistema bancario, financiero y bursatil de Rusia fue desconectado de la economía global. 

MIR es el nombre del sistema de pagos interbancario desarrollado por Rusia para reemplazar los sistemas SWIFT e IBAN, y aunque ha tenido éxito al interior del país, su utilidad y eficacia en el exterior es muy limitada ya que son pocos los países que le han permitido a sus bancos conectarse al MIR. 

Venezuela, aparentemente, será uno de los pocos países que se acoplará al MIR. 

¿Por qué Venezuela quiere usar el MIR?

El error más grande que estamos cometiendo es creer que esta conexión financiera tiene como objetivo destruir y desplazar al dólar estadounidense. Nada más lejos de la realidad. De hecho es exactamente lo contrario: Rusia quiere y necesita dólares estadounidenses, y es precisamente por eso que los busca en un país cuya débil economía está dolarizada y puede convertirse en una fuente inagotable de dólares

Por otro lado, más allá de la retórica oficial y de algunos discursos socialistas que hacen un llamado al mundo multipolar y contrahegemónico, debe dejarse claro que esto tiene poco o nada que ver con ideologías o narrativas revolucionarias. 

Venezuela usará el MIR porque es un muy buen negocio para Rusia. Les permitirá a los empresarios y oligarcas rusos utilizar a Venezuela como un país de paso para el flujo de capitales desde y hacia Rusia. En palabras técnicas, el país caribeño podría desempeñar el papel de ser el espacio ideal para la triangulación financiera, la cual se define como la utilización de un tercero (Venezuela) para que dos partes (Rusia y otros países) realicen operaciones financieras entre ellos sin relacionarse directamente. 

¿Qué cambiará en Venezuela con el MIR? 

Lo primero que veremos será un aumento exponencial en el comercio de criptomonedas ya que gran parte del movimiento de dinero entre ambos países se hará en criptos. Además, muy posiblemente los bancos venezolanos emitirán tarjetas de débito y de crédito en bolívares acopladas al sistema MIR, así que se volverán muy comunes los terminales de pago rusos (datáfonos y software de pagos) en los establecimientos comerciales venezolanos -evidentemente todo estará escrito en español-. 

Por último, es previsible que el gobierno venezolano incentive la circulación de dólares en efectivo en el país, porque son estos dólares los que serán transportados a Rusia y a lugares que permiten negocios rusos: como Turquía, Bielorrusia y Dubái.

¿Qué hará Estados Unidos?

Esa es la gran pregunta y actualmente es imposible responderla. Quizás el país del norte no vea el fortalecimiento de las relaciones ruso-venezolanas como una amenaza seria a su seguridad y defensa nacional, así que las tolerará hasta cierto punto a cambio de ciertas concesiones por parte del gobierno venezolano. O quizás sí las vea como una amenaza, y presionará para evitar que Rusia aumente su presencia en la región. En este momento es imposible determinarlo.

En cualquier caso, sí parece ser seguro que la presencia rusa en Venezuela aumentará y con ello aumentarán los retos y desafíos nacionales de cara a la geopolítica mundial. Debemos estar preparados para este nuevo escenario.

Jorge Chacón Solar

Soy economista egresado de la Universidad de los Andes (Colombia, 2011), con master en Gerencia de Petróleo y Gas por la Universidad Estatal de Novosibirsk (Rusia, 2015), en donde también fui profesor de maestría en finanzas (2018/19).