Este es el inicio de lo que debe convertirse en una transición inédita en la historia contemporánea del mundo

Por César Báez

El 22 de octubre de 2023 quedará marcado en la historia de Venezuela. Los venezolanos se congregaron, tanto dentro como fuera del país, para elegir a un candidato presidencial para las elecciones de 2024. María Corina Machado se hizo con el 93% de los votos. No obstante, a pesar de que esa era la pregunta de la boleta, la respuesta de los venezolanos es mucho más profunda. Analicemos ¿Qué significa esta primaria? ¿Cuáles eran sus objetivos? ¿Cómo impactará esto en la lucha por la libertad en los próximos años?

La lucha de los venezolanos contra la tiranía

Las elecciones son un mecanismo democrático para generar consensos. Tomar decisiones no es fácil, pero es mucho más complejo cuando involucran a millones de personas. Venezuela enfrenta a un régimen criminal que ha causado un éxodo de 8 millones de personas, destruyendo a la sociedad en el camino ¿Qué es lo que hemos hecho los venezolanos para combatirlos en los últimos años?

Los venezolanos nos hemos rebelado en múltiples ocasiones, enfrentando desde espacios cívicos a una tiranía violenta. El saldo no ha sido positivo. En el año 2014, el régimen asesinó a 43 personas en medio de protestas. En el 2017, la represión fue mucho más cruel, quitándole la vida a 165 personas. Los heridos se cuentan por los miles en ambos casos.

Desde lo institucional, la oposición venezolana ganó una supermayoría en las elecciones legislativas de 2015. Con 112 diputados, la oposición venezolana pasaba a controlar por primera vez dos tercios de la Asamblea Nacional. Sin embargo, el Tribunal Supremo de Justicia intervino rápidamente para declarar al legislativo “en desacato” y anular todos sus actos. Esa legislatura no pudo hacer mucho, pues sus proyectos fueron anulados por el poder judicial de manera inconstitucional.

A partir de ese hecho, el chavismo convocó en 2017 a una “Asamblea Nacional Constituyente”, que en la práctica suplantó a la Asamblea Nacional opositora. En las elecciones constituyentes los venezolanos no asistieron a votar, pues sabían que era una forma de legitimar el derrocamiento de la Asamblea Nacional legítima controlada por la oposición. Como resultado, la Asamblea Constituyente fue dominada 100% por el chavismo.

Esa Asamblea Constituyente hizo de todo, menos redactar el texto de una nueva constitución. Promulgó “leyes constitucionales” (un oxímoron), intervino en las funciones del poder legislativo e inclusive convocó a elecciones presidenciales. Nadie en Venezuela respaldaba ni participaba en estos procesos viciados.

Por eso, cuando Nicolás Maduro se proclama a sí mismo reelecto en las elecciones presidenciales de 2018, nadie tomó en serio dicho acto. Maduro había construido un circo electoral en el que la oposición no participó, y los venezolanos respaldaron esta decisión. De ahí nace la ausencia absoluta de un presidente legítimo, por lo que Juan Guaidó entró al ruedo como presidente encargado, al ser presidente de la Asamblea Nacional, tal como lo indica la Constitución venezolana.

Sin embargo, Guaidó no logró tampoco su objetivo: cese de la usurpación, gobierno de transición y elecciones libres. El cese de la usurpación nunca llegó, pero se dieron pasos hacia una estrategia de presión que limitara las posibilidades de actuar del chavismo. Más de 50 países dejaron de reconocer a Nicolás Maduro como presidente de Venezuela.

Y así llegamos hasta aquí…

Expectativa de cambio

Esta primaria llega en un momento controversial. La última vez que la oposición participó en coalición en una elección fue el año 2015. En el caso de una elección presidencial, la última fue la del año 2013. En la actualidad, luego de entregar resultados muy limitados, la mayoría de venezolanos es escéptico hacia la idea de que un cambio en Venezuela es posible.

Algunos señalan que los venezolanos no creen que una transición pacífica sea posible y debe desplazarse a la tiranía de Maduro por medio de la fuerza. Esa tesis dirigió la mayoría de acciones que tomó la oposición entre 2019 y 2022. No obstante, dicho enfoque de máxima presión tampoco logró el objetivo mayor. En realidad, desgastó la capacidad de acción de los venezolanos y radicalizó aún más el comportamiento violento del chavismo en el poder.

Por eso, los venezolanos llegan a esta elección con tres retos:

  1. Creer que un cambio es posible.
  2. Generar consensos para construir un cambio.
  3. Actuar en un plan efectivo que logre una transición.

El primer reto es el que la primaria ha intentado atajar.

Es necesario, ante todo, que los líderes políticos de la oposición logren conectar con la mayoría de venezolanos que, luego de numerosas decepciones, ha perdido la fe en un cambio político para el país. A esto se le llama “expectativa de cambio”.

Como lo señala Andrés González, director de Politiks:

Las primarias no fueron jamás un simple proceso para seleccionar al candidato que se medirá contra Maduro en 2024. Se trató de un evento de propaganda cuyo objetivo era poner de nuevo en la mente de los venezolanos que un cambio político es posible. El primer paso: expectativa de cambio. Cumplido totalmente. Ahora viene un trabajo gigantesco de organización y presión para crear condiciones que nos lleven a una transición a la democracia.

El manejo de expectativas es crucial para cualquier movimiento político. Es la razón por la que el individuo decide participar del proceso político. Las formalidades son canales, pero la acción política es el fondo que transita esos canales. La primaria superó el reto que la expectativa plantea: animar a las personas a expresarse, convencerlos de que su voluntad vale mucho.

Por eso es que no hubiera servido una primaria que no hubiera despertado en el venezolano la fe de que un cambio es posible dando los pasos correctos. El voto es un depósito de confianza, un salto de fe, pero no es un cheque en blanco. El compromiso que el país deposita sobre la dirigencia opositora, pero en especial María Corina Machado, es entregar una transición hacia la democracia en 2024.

Necesitamos 2 goles, marcamos 1

En criollo: empezó el partido y marcamos un gol al minuto 10. Para ganar la serie, necesitamos ganar por 2 goles. La oportunidad que tenemos es marcar el segundo gol en 2024. Todos los errores pasados son parte del aprendizaje que nos trajo hasta este punto. Más que desanimar, deben inspirarnos a no cometer los mismos errores. De todas las batallas que peleamos, solo hay que ganar 2. Hoy ganamos una.

María Corina Machado lidera un movimiento que trasciende a su persona. Es la designación de los venezolanos para enfrentar a la tiranía que encabeza Nicolás Maduro. De la mano con todos los líderes y partidos opositores, deben convertirse en la cabeza de lanza de una transición inédita en la historia contemporánea del mundo.

Esta es una victoria para todo el que crea que una Venezuela libre es posible. Este es nuestro amanecer. Así haya un reducido grupo de personas intentando echar tierra al proceso, la voluntad de cambio de millones es innegable. Ahora es que queda trabajo. Como dijo la candidata presidencial opositora:

Este no es el final, pero sí es el principio del final.

— María Corina Machado.

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