El aumento sostenido de los precios en Bolívares evidencia un fracaso del plan anti inflación que aplica el gobierno

Por Diego Mendoza

El aparente regreso de controles de precios y la reedición de discursos donde se pone en advertencia a quienes estarían supuestamente alterando el precio del dólar, vuelve a encender las alarmas en los comerciantes y consumidores venezolanos.

La Superintendencia Nacional para la Defensa de los Derechos Socioeconómicos (Sundde) publicó el pasado 1° de diciembre un listado de 40 rubros a los que se establecía precios máximos, pero en esta oportunidad, marcados en dólares.

Transcurrido un tiempo, la lista de productos fue eliminada de las redes sociales de la Sundee, pero no sin antes generar pánico en el mercado, que ve aumentar el riesgo del retorno de una vieja política que tiende a derivar en problemas de escasez, sobreprecios y mercados negros.

El tipo de cambio ha sido otro de los protagonistas durante este mes que ha provocado un aumento de las expectativas negativas. En la semana del 5 al 9 de diciembre, la tasa de cambio del dólar, expuesta por el Banco Central de Venezuela (BCV), subió 32 %, siendo el mayor aumento registrado en lo que va de año, según la consultora Síntesis Financiera.

A su vez, este aparente colapso del sistema de cambio que experimenta el BCV, viene acompañado de una inflación que, según datos del Observatorio Venezolano de Finanzas (OVF), durante el mes de noviembre se situó en 21,9 %, para acumular 195,7 % en estos últimos 11 meses del año.

En este punto, el panorama luce sombrío ante el riesgo que representaría la imposición de medidas que el Gobierno ya experimentó y que terminaron por derivar en una situación mucho peor a la que se pretendía solucionar.

Por lo que inflación, mercado cambiario y controles de precio, serán tres elementos claves para entender y proyectar el estado de la economía venezolana en el 2023.

Para entender la relación que tienen estos tres puntos, La Nación consultó al economista e historiador Daniel Lahoud, académico de la Universidad Católica Andrés Bello.

En primer lugar, el experto precisó que “se debe entender que la inflación es siempre un problema monetario, no la decisión de dos o tres vendedores que se han puesto de acuerdo para subir los precios”. Por lo que el Gobierno estaría errando al fijar precios en vez de atacar la raíz del problema.

“Cuando hay mucho dinero en la calle y poca oferta de productos, el dinero en exceso hace que suban los precios. Como resultado final, la moneda pierde poder adquisitivo”, aseguró Lahoud.

Ecoanalítica sostiene que el país podría cerrar el año con una inflación de 200 %. Tan solo en la última semana de noviembre, el Gobierno desembolsó cinco millardos de bolívares, para el pago de obligaciones en el sector estatal, según Síntesis Financiera, lo que le llevó a intentar sin existo retirar el exceso de masa monetaria a través de su compra con dólares.

En consecuencia, para el economista consultado, con esto se entiende el segundo punto, que es la inviabilidad de fijar precios, porque “todo intento va a fracasar rápidamente mientras se siga expandiendo la oferta monetaria muy por encima de lo que el mercado la puede absorber”.

Sería esta misma receta la que está haciendo que fracase el Sistema de Mercado Cambiario (SMC) que implementa el Gobierno, porque según Lahoud, “seguimos bajo un control de cambio, una suerte de mercado gris, controlado por el BCV a través de los bancos comerciales”, donde se pone un precio artificial a la divisa estadounidense, sobrevalorando el bolívar.

Un ejemplo de lo ineficiente que ha sido el SMC, se ve reflejado en la depreciación del salario mínimo frente al dólar que golpea con mayor fuerza a los empleados públicos. Así, si en el pasado mes de marzo los 130 bolívares de salario establecido equivalían a 30 dólares, al viernes 16 de diciembre, solo representaban 8,3 dólares, usando la tasa BCV.

Para concluir, el experto aseguró que parte del conjunto de medidas que el Gobierno debería tomar para realmente beneficiar al consumidor, pasa por “una reducción radical del gasto público, el cual termina siendo financiado con dinero sin respaldo. Además de reducir los impuestos para que haya mayor ahorro y consumo, llevar prácticamente a cero los aranceles, y liberar los precios tanto de los productos como del mercado de divisas”.

“El Gobierno es el que debe hacer los mayores sacrificios, quitando el peso de sus gastos y de sus errores a las personas”, concluyó Lahoud.

Publicado por primera vez el 19 de diciebre de 2022 en Diario La Nación del Táchira, Venezuela

Entrevista para La Ventana Rota pódcast:

Comparte este artículo:

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *