Si el siglo XIX fue controlado por Gran Bretaña y el siglo XX fue controlado por USA, en Pekín creen que el siglo XXI debe ser controlado por China

Por Jorge Chacón Solar

La China que producía copias piratas de mala calidad de las marcas occidentales quedó en el pasado. Hoy en día China es un gigante económico y político que se desarrolla a pasos agigantados. Desde que comenzó a abrir su economía en 1978, más de 800 millones de personas han salido de la pobreza. 

El gigante asiático pasó de ser uno de los países más pobres del mundo a ser la segunda economía más grande (y pronto será la primera) con un ingreso medio-alto. Es una potencia industrial, comercial, agrícola, financiera y tecnológica y ningún país del mundo quiere ni puede ignorarlo. 

Quisiera resaltar tres indicadores fundamentales que ponen en contraste los avances del dragón asiático.

Electricidad. China es el mayor productor mundial de electricidad con 8.833 TWh, casi duplicando a Estados Unidos que tiene 4.510 TWh. Para poner esto en contexto, Colombia produce 90 TWh, casi el 1% de lo que produce China. El incremento en la producción eléctrica año por año es tal que del 2021 al 2022 China agregó 314 TWh nuevos a su red; significa que solamente en un año tuvieron un incremento en la producción que triplica toda la producción colombiana. 

Construcción de viviendas. Según Coordenada Urbana, citada por CAMACOL,  en 2022 se vendieron 234.592 viviendas nuevas en Colombia. En el 2021 China construyó 474 millones de viviendas, 4 millones más que las viviendas que construyó el año anterior. Suponiendo que cada vivienda pueda hospedar a 5 personas, significa que se construyen casas para 20 millones de personas cada año. 

Carreteras y autopistas. China es, después de Estados Unidos e India, el país con más kilómetros de carreteras tiene construidas: 5.200.000 Kms. Desde el 2011, el gigante asiático ha construido 10.000 kilómetros de autopistas (no carreteras) cada año. Actualmente tiene 149.600 kilómetros de autopistas terminadas. Para darnos una idea de esto, es como si Venezuela construyera nueve autopistas (no carreteras) desde San Antonio del Táchira hasta Tucupita, en el otro extremo del país… cada año. 

¿Por qué esto es importante? Porque el territorio chino ya le está quedando pequeño a la misma China y el liderazgo político ve al país como el centro del mundo. Si el siglo XIX fue controlado por Gran Bretaña y el siglo XX fue controlado por USA, en Pekín creen que el siglo XXI debe ser controlado por China. 

La primera y única experiencia de China en Venezuela se realizó durante el gobierno de Chávez y fue un total desastre: decenas de miles de millones de dólares se perdieron en corrupción. Esta vez podría ser muy diferente. 

China tiene el poder, el dinero, la tecnología y los recursos humanos para, por ejemplo, arreglar toda la infraestructura eléctrica del país en menos de dos años. Tomemos en cuenta que el consumo eléctrico de toda Venezuela es mucho menor al de Shanghai (175 TWh). Por otro lado, en pocos meses podrían actualizar las plataformas financieras para que los venezolanos se olviden de los problemas de pagar, enviar y recibir dinero. 

La diplomacia china trabaja incesantemente para que el mundo funcione de acuerdo a los intereses chinos. En el caso concreto de Venezuela, la llegada de los chinos podría cambiar radicalmente y rápidamente todo el panorama político y social del país. La llegada del dragón chino a Venezuela podría convertirse en el hecho geopolítico nacional más importante de esta década. 

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