¿Por qué te importa saber qué es el dinero digital?

Con toda seguridad, comenzaremos a usar estas monedas en nuestro día a día, incluso desde Latinoamérica

Por Jorge Chacón Solar

En principio, todavía no hay un acuerdo entre los expertos sobre qué es una moneda digital. Evidentemente no se trata solamente de una versión en una computadora o en un celular del dinero en efectivo, como la que ves en tu estado de cuenta bancario, esto no tendría ninguna novedad y ya existe desde hace mucho. 

El dinero digital es una especie de copia del dinero real de un país. Vuelvo a insistir, no se trata de una versión digitalizada del dinero en efectivo sino de una copia del dinero que ya existe (sea en efectivo o en el sistema bancario). 

¿Qué necesidad tienen los gobiernos de crear una copia de su propia moneda? Esta pregunta es difícil de responder, pero en esencia podemos suponer que los gobiernos quieren incrementar el uso de sus propias monedas en sus propios países y en el mundo -esto es, internacionalizarlas- sin necesidad de flexibilizar sus propias regulaciones financieras nacionales. 

Puede parecer un poco confuso, y en efecto lo es, pero para entenderlo mejor usemos un ejemplo real. La moneda de China es el yuan y el gobierno chino está creando un yuan digital. 

Para quien esté familiarizado con las criptomonedas, los yuanes digitales son al yuan como el Tether (USDT) es al dólar estadounidense, con la salvedad que el Yuan Digital es creado y controlado por el Banco Central de China, a diferencia de Tether, que es una empresa privada que no tiene ninguna relación con la FED, que a su vez es la autoridad monetaria de Estados Unidos. Dicho de otra forma, los yuanes digitales son una especie de token del yuan.

El dinero digital cumple una función importantísima: ser un instrumento de cambio para comprar y vender bienes y servicios, pero sin necesidad de cumplir con todas las exigencias gubernamentales para tener este dinero. 

Por ejemplo, si yo quisiera comprar yuanes, la moneda de China, debo cumplir con toda la regulación financiera china. Debo ir a la sucursal de un banco chino, abrir una cuenta bancaria, declarar ingresos y gastos y pagar impuestos en ese país. Si por algún motivo las leyes chinas exigen que solamente un ciudadano chino o un residente en ese país pueda abrir la cuenta bancaria, yo como extranjero quedo automáticamente excluido de usar su sistema bancario y financiero.

Teóricamente, ahora con el yuan digital cualquier otra persona del mundo podría usar el enorme sistema bancario, financiero y comercial de China con su propia moneda, aunque esta sea digital. En teoría, yo podría comprar yuanes digitales con la misma facilidad con la que pago Netflix, y entrar a comprar y vender productos en el mercado del gigante asiático. Después de tener yuanes digitales, ya no necesito pasar por ningún banco, chino o extranjero. 

Es importante mencionar que el gobierno chino sabe con certeza y en tiempo real quién tiene el yuan digital y en qué ha sido usado, porque hay una firma y registro para cada uno. Esto evita que sea utilizado con fines ilegales. 

¿No sería más fácil permitir que cualquier persona usara la moneda real del país? No, porque esto implicaría desmontar todas las regulaciones financieras existentes lo cual generaría un daño enorme a la economía nacional: desajustaría el control de capitales,  acabaría con la efectividad de la política monetaria, permitiría la entrada de dineros ilegales y reduciría la capacidad del gobierno para controlar su propia moneda, lo cual podría llevar a incrementos de la inflación y colapsos en el sector de ahorros e inversiones. 

Actualmente, las monedas digitales todavía están en la etapa de experimentación. Precisamente por esto, los gobiernos que están implementándolas (como el chino y el ruso) han sido muy prudentes y discretos con el tema. 

Con toda seguridad, escucharemos más sobre este tema en el futuro cercano, y además, comenzaremos a usar estas monedas digitales en nuestro día a día, incluso desde Latinoamérica. 

Jorge Chacón Solar

Soy economista egresado de la Universidad de los Andes (Colombia, 2011), con master en Gerencia de Petróleo y Gas por la Universidad Estatal de Novosibirsk (Rusia, 2015), en donde también fui profesor de maestría en finanzas (2018/19).